martes, 15 de septiembre de 2009

Arista de los Trois Consellers-Pic de Neouvielle

Ahí va mi Brokeback-debut.
Buen debut: la Arista de los Tres Consellers al Pic de Neouvielle. Eso sí, al segundo intento pues los problemas asmáticos (voy a evitar polémicas) de un tal Enrique Royo nos hicieron batir en retirada, un par de semanas antes, a los…¿tal vez diez minutos del inicio? Tres horas de coche…ejem. Pero a la segunda fue la vencida que ya valía de mariconadas (¡brokebackpirineos!).

Nos plantamos en el Lac de Cap Long a eso de las 22:00, q habíamos tenido día riglero; rápido a dormir. Primer despertador a las 6:30, nada. Segundo a las 6:45, tampoco. Tercero a las 7:00, dudas…pero sí. Así que antes de las 8:00 nos ponemos a andar, con peso pero no tanto. Al poco suena otra alarma: sonidos de guerra en mis tripas, me voy por la patilla. No problem, pintura rupestre y palante.

La aproximación es sencilla, por sendero evidente que rodea el lago y gana altura poco a poco; al final se ha de rodear un helero trepando y destrepando fácil la roca adyacente o bien, si la temporada está avanzada, por el interior de la misma rimaya. En menos de dos horas llegamos a la Brecha del Neouvielle, inicio de la arista.
Me lanzo yo primero que parece fácil, con calorcito y con la única estrategia de apurar al máximo cada largo. Trepada sencilla, por muy buen granito y de momento poco aérea protegiendo siempre con cintas planas en bloques de los de confiar. Vamos turnando hasta que en el cuarto largo llegamos al “diedro”, toca disfrutar. Lo hace Kike, sin problemas, no hay que apretar en exceso y además esta sobreprotegido con un clavo al inicio, un friend perdido casi seguido y otro clavo al salir. El ambiente a ambos lados, arriba, abajo es acojonante. Flechazo.

Seguimos hacia arriba trepando sin demasiada exigencia pero cada vez con mayor patio. El 7º largo vuelve a tener emoción…¡y me toca a mí!. Plaquita inicial de unos diez metros con fisuras verticales pequeñas pero perfectas, fácil. ¡Viva el granito!. Un largo más, que se puede hacer a ensamble y llegamos arriba. Cima con forma de grada mirando a la arista por la que llegamos. Coño, si no cabe un alma. Casi nos hacen la ola. Es lo que tenemos los domingueros, vemos gente con cuerda y hierros y los confundimos rápidamente con un Messner o un Bonatti.

A comer un poco y para abajo, que queda tomate. Bajada larga, primero con nieve para deslizar y luego bloques, infinitos bloques. Hay que buscar el Pas du Gat para cruzar a nuestro valle, lo creemos ver pero no. Más bloques. Cuando ya sí estamos en nuestra vertiente, cortadito inesperado, con reunión para rapelar pero sin cuerda suficiente (o eso pareció), así que tocó recular. Un poco más de sudor y ¡cerveza fresca!. Terraza a pie de carretera, a 2.100 m. Bien sur, c´est la France!

En resumen, no llega a 2 horas de aproximación, 3 de increíble escalada (IV+ ó V-, me quedo con IV+) y otras 2 de larga bajada. Sin duda recomendable, dicen que de lo mejor del Pirineo para nuestra modesto nivel.
Y tan contento que me voy para la Américas. Aún puedo ver el perfil de la arista, sentados en la terraza, brindando con una buena cerveza con un buen amigo.





Enrique Royo y Jesús Ramón Malón. 26 de julio de 2009.

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